(Guayaquil, 1 de mayo de 1783 - Lima, Perú, 16 de mayo de 1847) fue un escritor, político, diplomático y presidente de la República del Ecuador. Rocafuerte fue uno de los propulsores de laindependencia de Hispanoamérica y uno de los más importantes protagonistas de los cambios políticos dentro de la era conocida como floreanismo.
Fue conocido por sus ideales republicanos y liberales, aunque en la práctica fue de tendencia conservadora.
Participó en varias movilizaciones en contra de Juan José Flores y
su primer gobierno, pero finalmente terminaron aliándose, contribuyendo
este entendimiento en su acceso a la presidencia del Ecuador en 1835.
Entre sus mayores logros como presidente está la obra cultural con base
en la instrucción pública y la reorganización económica y financiara que
realizó con el fin de sentar las bases de su país.
Unas
vez terminado su período presidencial en 1839 fue elegido gobernador de
Guayaquil en el segundo mandato de Juan José Flores, colaborando con el
mismo hasta 1843 cuando Flores se reeligió para una tercera
presidencia. Decidió exiliarse voluntariamente a Lima para hacer la
oposición al régimen. Posteriormente fue elegido plenipotenciario del
Ecuador en Lima por el nuevo gobierno instaurado tras la revolución del 6
de marzo de 1845 en la cual Rocafuerte participó activamente desde su
exilio para derrocar a Flores. En esta ciudad peruana falleció el 16 de
mayo de 1847.
Rocafuerte fue hijo de Juan Antonio Rocafuerte y Antoli y María Josefa Rodríguez de Bejarano y Lavayen. Pertenecía a una de las familias notables de Guayaquil (Rocafuerte,
Rodríguez, Bejarano, Lavayen). Heredó latifundios. Estudió en los
colegios de nobles de Madrid y de Paris, donde trató a Carlos Montúfar, uno de los protagonistas de la independencia quiteña, y a Simón Bolívar.
A los 24 años de edad regresó a Guayaquil. Fue apresado en 1809, pues
su tío el coronel Jacinto Bejarano se carteaba con los patriotas
quiteños de agosto. Sirvió a la ciudad como alcalde ordinario, y
Guayaquil lo eligió su representante ante las cortes de Cádiz (España).
Cuatro años permaneció en Europa. Se unió a la Junta Central de Gobierno
contra la invasión napoleónica de España; se integraron también Olmedo y
José Mejía Lequerica con intenciones de lograr la independencia de
España. Rocafuerte se unió al grupo liberal de la junta; pero fue
perseguido al volver al poder el rey Fernando VII (1814). Regresó a
Guayaquil en 1817.
Siguió
con interés el proceso de la independencia y a su modo contribuyó con
él enseñando francés en textos revolucionarios como el "Contrato
Social", de Rousseau. Emigró a Estados Unidos en 1819 a los 36 años.
Rocafuerte no volvería a Guayaquil sino 14 años después. Se convirtió en
el primer ideólogo de la soberanía de Hispanoamérica como emisario de
Bolívar en España, revolucionario en México, estudioso de la libertad,
la tolerancia religiosa, la democracia y la educación en los Estados
Unidos, agente de los destinos de Cuba, diplomático de México en
Wáshington y Londres y obrero del reconocimiento de la independencia de
los estados hispanoamericanos en los Estados Unidos e Inglaterra, en
Holanda y Rusia, en Suiza, Francia y Roma. Negoció préstamos para México
y la Gran Colombia.
Rocafuerte
es el primer presidente que trascendiendo los intereses regionalistas y
sus propios intereses de terrateniente pensó en lo público como
categoría de servicio y creyó en el país. Su pensamiento queda
consignado en 17 volúmenes de ensayos, cartas, discursos y polémicas.
Ecuador se benefició durante ocho años del talento ejecutivo de
Rocafuerte como jefe supremo del Guayas, jefe supremo de la República,
presidente del país y gobernador de Guayas entre 1839 y 1843. Dentro de
los eventos de mayor relevancia durante su presidencia está la creación
de la segunda constitución ecuatoriana en 1835, en reemplazo de la carta magna de 1830. Mientras que en el campo económico inicio pagos de deuda externa y abolió los tributos de indígenas en varios sectores de la nación.
Recibió
un país dividido y entregó un estado en orden y progreso. Para lograrlo
se jugó entero por sus principios modernistas: si le exigían que pasara
por tirano a fin de extirpar la anarquía, Rocafuerte no vaciló en
hacerlo, pues sabía por experiencia que la anarquía tolerada conduce a
la tiranía perpetua. Rocafuerte reprimió con más dureza que García
Moreno y que Alfaro, pero nunca trató de permanecer en el poder más allá
del tiempo asignado por el mandato de la ley porque nunca renunció a
sus convicciones democráticas. Ningún presidente ecuatoriano hasta la
fecha ha llegado a la primera magistratura con la formación pública e
internacional de Rocafuerte.
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