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DIEGO NOVOA (1851-1851)

(Guayaquil, 15 de abril de 1789 - ibídem, 3 de noviembre de 1870). Fue un político ecuatorianoque lideró la Revolución Marcista y que derrocó al Gral Juan José Flores, junto con José Joaquín de Olmedo y Vicente Ramón Roca. Fue el tercer Presidente de la Época Marcista. Aunque su ejercicio residencial fue muy corto. Su tataranieto, Gustavo Noboa, también desempeñó la Presidencia de la República, entre los años 2000 y 2003.
La pugna entre el Gral. Antonio Elizalde y Noboa se agrandó que se temía un enfrentamiento entre ambos bandos. Sin embargo la paz se concretó con el convenio La Florida. El 8 de diciembre de 1850 fue elegido Jefe Supremo y por Decreto del 11 del mismo mes se le concedía facultades extraordinarias.
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Obtuvo la administración de Renta de Tabacos, pasó a la de Alcabalas y llegó a contador Mayor del Departamento del Guayas en la Gran Colombia. Cuando fungió de comisario de Guerra y Marina en 1824, envió tropas para sellar la independencia de Perú y fue condecorado por el Congreso de ese país. Sirvió a la República como senador en varias legislaturas y en la de 1839 presidió el Senado. Integró el Gobierno Pro- visorio constituido a raíz de la Revolución Marcista. Quiso entrar por la puerta a la presidencia de la República en 1849, pero no consiguió los votos necesarios. Le cupo entrar por la ventana. Con su nombramiento de jefe supremo del Guayas, en marzo de 1850, se trizó el espejo de la unidad nacional marcista. De nuevo había dos naciones, dos gobiernos contrapuestos. Noboa y Ascásubi buscaron un arreglo pacífico que no cuajó. Entre sobresaltos guerreros las provincias se iban pronunciando por Noboa.
Quito lo hizo el 10 de junio. "Las sagradas leyes de la moral son igualmente severas con todos los partidos políticos, y cualquiera que sea aquél que para derrocar una autoridad legítima apelare a las peligrosas vías de hecho, merecerá siempre la justa reprobación del hombre de bien", sentenció Ascásubi al dejar el poder. Su retiro parecía abrir el camino de la paz, pero no fue así. Azuay, Loja y Manabí se adhirieron al pronunciamiento de Guayaquil el 14 de junio, pero dieron el mando al general Elizalde. Otra vez se enfrentaban dos autoridades supremas. Primó, empero, el sentido común y ambos jefes de Gobierno se comprometieron a convocar una Convención para el 8 de diciembre en Quito ("Convenio de La Florida", a orillas del Daule).
La Convención eligió a Noboa presidente interino por 23 votos contra dos de Elizalde y promulgó la quinta Carta Política, inspirada en un proyecto escrito por Pedro Carbo, sobrino de Noboa. De esa Carta dijo Urvina que "era un compendio incoherente de todas las constituciones que han podido traerse a la mano". Sancionada la Constitución, Noboa fue ratificado en su cargo el 26 de febrero de 1851.
Noboa desterró a los roquistas, entre ellos al ex presidente Roca y al general Elizalde. Suprimió del escalafón a 163 militares, expulsó del Ejército a los elizaldistas y los reemplazó con militares floreanos caídos en desgracia. Tras "la cruz" del devoto Noboa estaba el "diablo" de Urvina ocultando su cola serpentina, aparentando neutralidad, preparando su ascenso al poder, difundiendo rumores de que Noboa iba a resucitar el floreanismo. En efecto, Flores acababa de llegar a Lima. El presidente peruano general José Rufino Echenique le había otorgado una pensión de subsistencia y lo apoyaba en los proyectos de invadir Ecuador.
Noboa gobernó esta constitución, siendo elegido para un período de cuatro años, desde febrero de 1851. Entre los principales enunciados se encuentran:
  • Gobierno es republicano, popular, representativo, electivo, alternativo, responsable
  • Se reconoce expresamente el Régimen Municipal.
  • Se condena la usura y el duelo
  • Son ciudadanos los casados, reconociéndose la mayoría de edad a los 18 años.
  • Supresión de las dos Cámaras y el Poder Legislativo se encomendó a una solo con el nombre de Asamblea Nacional.
  • Supresión del cargo de Vicepresidente, debiendo reemplazar al Presidente los Consejeros de Estado



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