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VICENTE RAMON ROCA (1845-1849)

(Guayaquil, 30 de diciembre de 1792 Cuenca 12 enero de 1858) fue un comerciante y político ecuatoriano, fue Presidente del Ecuador desde el 8 de diciembre de 1845 hasta el 15 de octubre de 1849. Lideró la Revolución Marcista , junto con José Joaquín de Olmedo y Diego Noboa. Su primera administración fue en el Triunvirato Marcista. Fue el primer presidente de la Época Marcista. Gobernó con la Constitución de 1845.

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Guayaquileño, nacido en 1792, hijo del comandante Bernardo Roca y Liceras y de Ignacia Rodríguez y Carrascal, se educó en el hogar. Se ignora si cruzó la secundaria, no existen registros académicos de que haya cursado en ninguna universidad. Fue comerciante actividad con la cual se conoce que viajo hasta Jamaica. Apoyo de forma monetaria y personal en la "Revolución del Nueve de Octubre" en la que "por primera vez se pronunció libremente el pueblo de Guayaquil y juró los cimientos de su libertad política", corno escribió Olmedo. 
Públicamente Simón Bolívar le dio su amistad, y la Gran Colombia le reconoció por los largos servicios de administrador de Rentas Municipales de Guayaquil Roca fue uno de los líderes de la Revolución de Marzo de 1845 contra la presidencia de Juan José Flores. Con esta revolución comenzó un período nacionalista que duró hasta la crisis de 1858 a 1860. Este período histórico se conoce como Marcista porque empezó en ese marzo. Su espíritu era el de Ecuador para los ecuatorianos. Concluyó en crisis, con una nación fracturada en cuatro sectores. Gobernaron en este período dos civiles, un ex militar civilista y dos militares criollos. 
Desde 1830 hasta 1845 el general Flores había mantenido la unidad nacional gracias a su mediación entre los intereses económicos contrapuestos de la Costa y de la Sierra. Sin embargo, durante este proceso Flores fue identificando la Nación con su persona.La balanza del poder político se había inclinado a la Sierra. Ahora le tocaba el turno a la Costa. 
Entre 1845 y 1860 el gran mediador de los dos intereses fue el general José María Urvina, cuarto presidente en este período Marcista. La unidad nacional era extrínseca: se encarnaba en hombres fuertes, no en una conciencia de identidad con un país más grande ni en un sentimiento de pertenencia a una comunidad supraparroquial.
El Gobierno Provisorio aceptó los términos "Al enemigo, puente de plata". No bien embarcado Flores el 17 de junio de 1845, los triunviros convocaron una Asamblea Constituyente que debía redactar una cuarta Constitución y elegir a un nuevo mandatario. Puesta la casa en orden y restituida virtualmente la democracia, había llegado la hora de justificar urbi et orbi, ante el país y América, la revolución de marzo. José María Cucalón, secretario general, hizo llegar a su destino el "Manifiesto del Gobierno Provisorio del Ecuador sobre las causas de la presente transformación", fechado el 6 de julio de 1845, Año 1 de la Libertad.
El documento exponía en 12 mil palabras "los motivos poderosos que nos han impelido a desconocer a la autoridad ilegal que nos regía". Señalaba como causa remota "el germen de inquietud y revolución", rasgo del Ecuador desde su nacimiento en 1830. Afirmaba que "todo en Colombia y Venezuela era nacional" mientras que "todo en Ecuador era extranjero". Veía la causa próxima en los incontables atropellos de Flores. Apelaba a la Constitución de los Estados Unidos y a la doctrina de varios tratadistas para justificar el principio de "que el pueblo tiene el derecho y el deber de sacudir el yugo" que lo oprime.
Fue fruto de la reunión en Cuenca, después de la Revolución Marcista de Guayaquil. Entre los principales enunciados de esta constitución están:
  • Es ciudadano el que sabe leer y escribir y que tenga 21 años de edad y posea una propiedad de 500 pesos o una renta determinada.
  • La religión católica es única en el Ecuador.
  • Se garantizó la propiedad intelectual .
  • Se estableció que "Nadie nace esclavo en la República, ni puede ser introducida en ella en tal condición, sin quedar libre".
  • Luego de 76 escrutinios válidos, la Asamblea eligió a Roca como presidente por 27 votos contra 13 a favor de Olmedo. "Convencido de que no podrá ser electo el candidato por quien he sufragado más de 80 veces... y que ningún efecto saludable producirá una resistencia indefinida, voto para presidente por el señor Vicente Ramón Roca", razonó el diputado José María Vallejo.
    Rocafuerte, que había votado invariablemente por Olmedo, tuvo un célebre exabrupto: "Se ha preferido la vara del mercader a la musa de Junín". Se refería a la vara del dios Mercurio, patrón de los comerciantes, y al canto de Olmedo a Bolívar. Se habló de compras de votos; pero no hubo tal. Eso sí, Roca usó sus influencias. Olmedo no movió un dedo. Estaba más allá del bien y del mal. Roca gobernó con sagacidad y tolerancia. Formó un gabinete de personas competentes, respetó a la oposición que lo atacaba desde los periódicos "El Zurriago" (látigo), "El Vengador", "El Rebenque" (látigo recio de jinete), "El Progresista", "El Viejo Chihuahua" y "Fray Francisco y el Padre Tarugo"; pero obró apasionadamente contra los partidarios de Flores y más cuando supo que el general se preparaba en Europa para una reconquista española de Ecuador, en complicidad con la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.
     

 






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